viernes, 19 de octubre de 2012

algo que Bukowski hubiera maldecido...



Y estaba ahí, viendo a aquel infante recién nacido; en parte tigre, en parte serpiente y en parte humano; al parecer heredó de todos lo peor; del tigre los bigotes, de la serpiente su reputación y de mi el pensamiento.
Cuando derrepente entró ese rayo de luz por la ventana; la bomba había caído.
Sonreí pues aquel niño y yo nos iríamos de este mundo, lo había logrado, y morir era ya ganancia.




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